Gabrielle Émilie de Breteuil, marquesa de Châtelet era una dama de la alta aristocracia francesa que fácilmente podía haber vivido una vida inmersa en los placeres superficiales, y no obstante fue una activa participante en los acontecimientos científicos que hacen de su época, el siglo de las luces, un periodo excitante. En sus salones, además de discutir de teatro, literatura, música, filosofía... se polemizaba sobre los últimos acontecimientos científicos.
Un cráter del planeta Venus lleva el nombre de Châtelet en su honor. El 17 de diciembre de 1706 nació Madame de Châtelet, en Francia, durante el reinado de Luis XIV, y le pusieron el nombre de Gabrielle-Émilie Le Tonnelier de Breteuil. Émilie desde su más tierna infancia tuvo el deseo de saber e hizo todos los esfuerzos para conseguirlo. Sentía curiosidad por todo, y todo lo quería comprender. A los diecinueve años se casó con el marqués de Châtelet-Lamon. El 6 de mayo de 1734 Voltaire se alejó de París, para huir de la justicia, y se refugió en el castillo de Cirey-Blaise, propiedad del marqués de Châtelet. Émilie decidió ir a vivir allí en 1735.
Estudió a Descartes, comprendiendo las relaciones entre Metafísica y Ciencia, por ello mantuvo durante toda su vida la exigencia de un pensamiento claro y metódico, dominado por la razón.
Mme. de Châtelet, divulgó los conceptos del Cálculo Diferencial e Integral en su libro Las instituciones de la física, obra en tres volúmenes publicada en 1740 que fue escrita para que su hijo pudiese comprender la Física. No existía ningún libro en francés de Física que pudiera servir para instruir a los jóvenes, y consideraba que era una disciplina indispensable para comprender el mundo. En el prólogo, dirigiéndose a su hijo, comentaba las razones que la habían llevado a escribir el libro, y donde mostraba su pasión por el conocimiento y el estudio, a la vez que criticaba la ignorancia, tan común entre las gentes de rango.
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